Inicio de la caminata
Estoy muy contento, y me siento muy realizado de poder ser parte de un movimiento que deja huellas para este planeta. A la vez que participé de una de las experiencias más gratificantes en mi vida: El subir el volcán de Atitlán, (en el departamento de Sololá, Guatemala, Centro América), acampar en él, y algo más: Limpiarlo.
El día 22 de de enero de 2011 tuve una gran experiencia, que les quiero contar a continuación. Todo empezó desde el viernes por la noche, junto con mi amigo Edgar, nos reunimos a las 11:00 p.m. en las instalaciones de Tikal Futura con las demás personas que iríamos a subir el volcan. No conocíamos a nadie más, íbamos como desconocidos.
La actividad fue organizada por Un Millón de Imágenes y Corazón Verde. Salimos en un bus a las 12:00 de la noche, llegamos al parque de San Lucas Tolimán como a las 4 de la madrugada, nos quedamos dentro del bus durmiendo, mientras esperamos a que amaneciera un poco. A las 6:00 salimos y tomamos nuestro desayuno en el parque central de San Lucas Tolimán. Allí conocimos a Carola Kendelbacher, directora de Corazón Verde.
Voluntarios iniciando la caminata para la limpieza del Volcán Atitlán
El ascenso inició a las 8:00 a.m. Una caminata extraordinaria, éramos alrdedor de 80 personas entusiastas que estábamos muy emocionados por llegar a la cima. Iban muchos guatemaltecos de distintas partes: la capital, de Xela, de Santiago Atitlán, Amatitlán, Chimaltenango, etc. así como también extranjeros: de EEUU, Alemania, España y Puerto Rico.
Iniciamos con un buen paso, pero yo como era mi primer volcán de esa magnitud que subía, sabía que no aguantaría un ritmo ‘profesional’. Pero me alentaba, que no era el único, jeje. Como era un grupo muy grande, realizamos varias pausas en el camino. Descansos como de 10 a 20 min.
El paisaje era hermosísimo. Mientras caminábamos se podía apreciar a lo lejos la cima del volcán al que llegaríamos, y más adelante, mientras subíamos pudimos apreciar el lago de Atitlán.
Fue una gran caminata, confieso que nunca había caminado tanto como lo hice ese día. Varios compañeros se adelantaron, pero yo me quedé un poco atrás con otro grupo. Los primeros llegaron a la cima del volcán, me parece que a las 4 o 5 p.m. Yo llegué junto con Carola y Rebeca a las 7:00p.m. Eso hace 11 horas de recorrido!!
Yo llevaba mi backpack con un peso de aproximadamente 20 libras, el cual llevaba mi sleeping, colcha térmica, linterna, 2 suéteres, 3 litros de agua, comida, unas barras para encender fuego, y una que otra mudada de ropa por cualquier eventualidad.
Les confieso que yo sentí que lo más pesado de la caminata fue ló último, a lo que le llaman el cono. Para ese entonces ya nos había caído la noche, y había una intensa niebla que no permitía tener una buena visibilidad. Yo ya estaba desesperado, para acabar de ajustar, mi sleeping, (que lo llevaba afuera) se me desarmó, pero no podía detenerme a arreglarlo ya que el terreno era sumamente empinado y empedrado. Era asombroso estar en ese momento, con tanto viento, neblina, de noche, y lo peor de todo, no se notaba ya el camino para llegar, íbamos únicamente subiendo. En eso me percaté de una pequeña luz de una linterna que nos iluminaba, como haciéndonos señas. pensé que llegaríamos rápido, pero esa parte la realizamos en más de 30 minutos, (que por cierto sentí eterno! jaja).
Bueno, el gran premio fue cuando llegamos a la cima. En ese momento el cielo se despejo… y…. WOW!!!!! Qué maravilloso!!! nunca había visto un cielo estrellado taaaan hermoso como el de esa noche! Se podían apreciar muchísimas estrellas, más de las que comúnmente uno puede ver en la ciudad. En ese momento comencé a gritar como loco de alegría, y dándole gracias a Dios. Luego de eso, como que sólo fue un momento de regalo de Dios para apreciar esa inmensa belleza de cielo, las nubes cubrieron nuevamente la cima, y no se pudo apreciar más el paisaje.
Para ese entonces ya habían varios compañeros que estaban acampando, hacía demasiado
Bandera de Guatemala en la cima del volcán Atitlán
viento y mucho frío. Edgar, mi amigo ya había llegado como una hora antes, y ya habia preparado la tienda donde nos ibamos a quedar (Gracias Edgar por darme posada 🙂 )
En ese momento comimos un poco y nos dispusimos a dormir. Nos levantamos a las 5:15 a.m. para poder apreciar el amanecer, pero nuestra sorpresa: Habia una densa niebla, que no nos permitía ver más haya de los 10 metros. Estuvimos esperando, aclaró un poco, pero nunca logramos ver el sol. No se podía apreciar nada del paisaje desde arriba, estabamos cubiertos por una gran nube.
A eso de las 7:00 iniciamos nuestra labor, por la que habíamos ido. Se organizaron grupos para recoger basura clasificada: Un grupo para recoger chatarra, otro aluminio, otro plásticos, otro cartón, otro botellas.
Voluntarios recogiendo basura en el Volcán de Atitlán
Fue gratificante el recoger basura en la cima del volcán de Atitlán. Había mucha, pero con todas las personas que fuimos, pudimos dejar mejor el lugar. Luego iniciamos el descenso a las 9:00 a.m. cada quien con bolsas plásticas llenas de basura, de hecho hubo algunos que recogíamos basura que encontrábamos en el camino de regreso. Yo creía que el descenso iba a ser fácil, y lo haríamos en 3 horas. Para mi sorpresa, fué mas de lo que esperaba. Fue un largo camino al regreso, tomamos un descanso para almorzar a eso de las 2:00p.m. Realizamos una pequeña fogata en el camino, todos compartimos como familia unida nuestros alimentos que llevábamos, en ese momento se nos acabaron todas nuestras provisiones.
Estuvimos llegando al pueblo de San Lucas Tolimán, a eso de las 5:00 p.m. ibamos muy cansados y hambrientos, pero gracias al negocio de una señora, que nos atendió con unas tostadas deliciosas a un buen precio, pudimos hacer desaparecer nuestra hambre.
Luego nos fuimos al parque central con los demás que ya habían bajado, a esperar a los que hacían falta, mientras compartíamos un buen momento con todo el equipo, platicando, molestando, comiendo, en fin, pasando un buen rato todos juntos.
Felicitaciones a cada una de las personas que realizaron esta actividad, en especial al Carola Kendelbacher, Andrés Vargas, quienes tuvieron a bien organizarlo. A mis compañeros y amigos de caminata: Edgar, Rebeca, Claudia, Juanjo, Noel, «La prima», etc.
Me da mucha alegría el dejar un mundo más limpio, porque la belleza de nuestro planeta es como naturalmente es, sin basura, así que no ensuciemos, y pongamos en práctica nuestro espíritu de servicio para limpiar nuestro ‘pedacito’ de tierra. Vamos! organízate tú también y puedes limpiar tu barrio, colonia, un parque cerca, un cerro, volcán, etc. Verás qué satisfacción la que se siente.
Arriba Guate!